De dónde salen los pistachos es una duda que hemos resuelto en anteriores entradas en el espacio #PistachoLovers, sin embargo, todavía no os hemos hablado de cómo es el proceso de producción y recogida.
Los pistachos tienen un periodo determinado de recolección, desde hasta finales de agosto, suele ser el momento perfecto para llevar a cabo la recogida del fruto. Puede prolongarse hasta septiembre u octubre, que es donde se cierra el ciclo de maduración con las variedades más tardías.
El proceso de recogida se hace mediante el uso del denominado “paraguas”, es decir, un tractor preparado con un sistema de vibración que al acercarse al árbol pistachero, emite unas ondas que hacen que el árbol vibre y el fruto caiga hacia el paraguas.
Una vez obtenido el fruto, pasa por diferentes procesos. En primer lugar, pasa por un separador de hojas, donde se separan las hojas del fruto. Mediante un proceso de vibración y aire conjunto se separan las hojas del fruto, ya que también pueden desprenderse algunas hojas desde el árbol.
Posteriormente se procesa el fruto íntegro por la máquina peladora, donde se va obteniendo el fruto pelado y lavado, totalmente limpio. Una vez lavado, se mete el fruto en la máquina separadora de aire o por el tanque de flotación, donde separa los que puedan contener cáscara pero no fruto dentro, descartando éstos últimos.
Finalmente, antes de proceder al envasado del pistacho, se extienden en las máquinas de secado durante unos días. Después de este proceso, el producto ya está preparado para ser tostado en el horno. En nuestro caso, los pistachos son tostados sin sal, por lo que una vez se finaliza el tostado, ya son aptos para comenzar a envasar.